En 2018, el nombre de Collazuol adquirió notoriedad pública cuando tuvo un altercado público con un abogado de Concordia a raíz de una práctica de un aborto no punible.

El abogado Pedro de la Madrid, representante legal de la menor de 13 años a la que se le practicó un aborto no punible en el Hospital Delicia Masvernat, de Concordia, intimó por carta documento al obispo  Collazuol a que ratifique sus dichos en torno a lo que ocurrió con esa práctica médica. Le hace notar el letrado que el representante de la Iglesia mintió, y que de persistir en esa actitud, lo denunciará siguiendo los caminos del Código de Derecho Canónico ante las autoridades eclesiásticas, pero que además iniciará una demanda en la Justicia.

Collazuol nació en Rosario,  el 10 de febrero de 1948, y fue ordenado sacerdote en esa ciudad en 1974 y más tarde, el 31 de diciembre de 1997, obispo auxiliar. Fue trasladado como obispo de Concordia el 21 de julio de 2004, y tomó posesión e inició su ministerio pastoral como cuarto obispo de Concordia el 11 de octubre de 2004. En la Conferencia Episcopal es delegado suplente de la región Pastoral Litoral y miembro de la Comisión de Pastoral de Migrantes e Itinerantes. Es licenciado en Teología Dogmática.

Se inicia así el camino hasta encontrar quién será su sucesor en el Obispado. Al respecto, el sacerdote Emmanuel Bonetta –párroco de Nuestra Señora del Carmen en Villa Adela (Concordia)-, licenciado en Derecho Canónico,  detalles del proceso de sucesión.

“En cualquier parte del mundo, al cumplir 75 años se les pide que presenten su renuncia a su oficio como obispo de la diócesis en la que están. Mientras, siguen en funciones hasta que la Santa Sede designe a uno nuevo”, indicó el religioso.

-¿Cómo son los pasos para esa designación?

-El nuncio apostólico, que es representante del Papa en la Argentina, realiza un análisis de la diócesis y va haciendo varias consultas para establecer el perfil del nuevo obispo. Una vez que lo tiene, eleva al Sumo Pontífice los nombres de quienes ve como posibles candidatos para Concordia.

-¿Qué tipo de consultas hace y a quiénes?

-Es un desarrollo a lo largo del tiempo, en el que la misma diócesis va enviando a la Santa Sede distintos informes. Por ejemplo, cuántas parroquias y sacerdotes hay, cuántos movimientos, las actividades que se realizan y las comunidades religiosas, para hacer un análisis territorial. También la realidad social del lugar, con sus características. Después va haciendo consultas a sacerdotes, laicos y religiosos, preguntándoles sobre la realidad de la diócesis y el perfil que les parece debe tener el próximo obispo. A veces puede preguntarse el nombre de un sacerdote u obispo que les parezca o se les dan algunos nombres para que las personas consultadas den su opinión. Es con reserva, para que quien es consultado pueda hacerlo con libertad. No se sabe a quiénes se les pregunta y estos no pueden decir que han sido consultados, porque se distorsionaría el proceso.

¿Puede ser designado como obispo un sacerdote que no pertenece a la diócesis?

-Puede ser designado alguien que ya es obispo y es trasladado a una nueva sede. En diócesis chicas como las nuestras, puede darse el caso de obispos auxiliares de otros lugares que sean trasladados como titulares; por ejemplo monseñor Collazuol y monseñor Cardelli, eran ambos de Rosario. Cuando se habla de un sacerdote que es designado obispo, generalmente es de afuera de la diócesis, aunque no es una regla. En realidad, puede ser cualquier sacerdote argentino.

-¿Qué condiciones debe reunir un sacerdote para convertirse en obispo?

-Las condiciones básicas son tener como mínimo 35 años, aunque siempre es mayor de 40. Haberse ordenado como sacerdote hace al menos 5 años y tener algún estudio superior (doctorado, licenciatura en Sagrada Escritura, Teología o Derecho Canónico). Son requerimientos para la idoneidad, pero no son taxativos. Monseñor Cardelli no tenía ningún doctorado ni licenciatura, por ejemplo.

-Aproximadamente, ¿cuánto tiempo lleva este proceso de designación?

-Solo Dios sabe. No hay un tiempo mínimo ni máximo. En algunos casos ha sido un par de meses; por ejemplo, cuando monseñor Cardelli renunció a los 75 años como obispo de San Nicolás, nombraron su sucesor cuando habían pasado apenas un par de meses. En cambio, el obispo de Rafaela presentó su renuncia en octubre de 2021 y recién un año después nombraron al siguiente.

-En general, ¿qué es de la vida de quien deja su cargo en una diócesis? Siempre hablando de personas que se encuentren en buen estado de salud.

-Si bien ya no tiene una diócesis a su cargo, sigue siendo obispo y cumpliendo las tareas sacerdotales que se le asignen. Está la posibilidad de que vaya a vivir a una casa del obispado, puede quedar en la misma diócesis o volver donde fue sacerdote. Recuerdo por ejemplo que monseñor (Mario) Maulión, arzobispo de Paraná, volvió a Rosario; en cambio, monseñor (Estanislao) Karlic, cordobés, quedó viviendo en el Seminario de Paraná. Otros acompañan en una parroquia o quedan en el mismo obispado, como monseñor Galimberti, en Salto; eso no es común, pero depende de las circunstancias.

-¿Cuántos sacerdotes hay actualmente en la diócesis de Concordia?

-Hay 47 sacerdotes.

-¿Con qué promedio de edad, aproximadamente?

-La mayoría ronda entre los 50 y los 60 años.

-¿La cantidad de curas de la diócesis disminuyó en los últimos años?

-Hubo una baja en los últimos 10 años, pero no significativa.

-Sí hubo un aumento considerable de la población ¿Son suficientes los sacerdotes para abarcar todas las tareas?

-De los 47, 40 están en condiciones de salud y edad para hacer todas las tareas. En la diócesis tenemos 30 parroquias, así que estamos en un número justo, no obstante con un desborde, porque hay parroquias que han crecido enormemente. Por ejemplo la ciudad de Concordia tuvo un crecimiento impresionante y hace alrededor de 20 años que no se tocan las jurisdicciones parroquiales.

-¿La Iglesia Católica atraviesa en Argentina una crisis de vocaciones religiosas y sacerdotales?

-Es una realidad a nivel casi mundial. Quedándonos en Argentina, hay una crisis importante de vocaciones. En los seminarios del país se ve una baja importantísima en la cantidad de seminaristas. Cuando uno lo analiza, hay muchas razones: desarrollo de la fe, circunstancias sociales. Yo estoy acompañando las vocaciones en la diócesis, los seminaristas que se forman en Paraná.