«Con Guillermo, mi hermano mayor, visitamos lugares y recordamos momentos inolvidables. Finalizamos en el Hospital Chacabuco donde mi madre nos dio a luz y donde él, Guillermo, es el director hace 42 años…..el más antiguo de sus colegas. Una caricia al alma horas antes del día del padre…..Feliz dia para todos los papás!», posteó el extitular del Ejecutivo.

Urribarri es apellido de raíz vasca, una de cuyas ramificaciones en este lado del Atlántico, Arturo, llegó a la América y se quedó para siempre en Arroyo Barú, un puñado de 600 habitantes, 50 kilómetros al noroeste de Colón, donde se casó con una uruguaya volcada a la docencia, Antonia Martínez.

De esa unión nacieron nueve hijos; el menor, Jorge Enrique, se casaría luego con otra maestra, Miriam Teresita Luchessi. Jorge y Miriam fueron padre y madre de Guillermo (1954), médico, hoy director del Hospital Chacabuco de Arroyo Barú, hincha de River; Armando (Bocha, 1956), hincha de Boca, veterinario; y Sergio (Pato, 1958), fanático de Independiente, el político.

El Pato fue el único que no concluyó una carrera universitaria —adeuda siete materias de la carrera de contador— y el que más lazos mantuvo con el fútbol, aunque a su modo. Fue, por mucho tiempo, presidente de la Liga Concordiense de Fútbol.

Los Urribarri cursaron la escuela primaria en Barú, pero la secundaria fue en Colón, en la Escuela República Oriental del Uruguay. En esa ciudad los tres hermanos practicaron fútbol en el Club Ñapindá. Aunque no llegaron a mucho: apenas a las divisiones inferiores. Sólo el menor, el Pato, paseó su estrella fugaz de figura prometedora por algunos clubes del nordeste entrerriano, y descolló en Juventud Unida de General Campos, pueblo donde además llegó a ser intendente a los 27 años, gestión que no pudo concluir y sobre la cual sus críticos siembran sospechas.

Casado con Analía Aguilera, a quien conoce desde 1980, Urribarri, de 48 años, es padre de cinco hijos: Damián, Mauro, Bruno, Franco y Mateo. Sólo uno de sus hijos, Bruno, el del medio, siguió el camino que marcó el padre en el fútbol, aunque es un jugador más exquisito, menos tosco de lo que fue papá Urribarri, según un perfil que publicó El Diario en 2007, cuando Urribarri accedió por primera vez a la Gobernación.

Fuente: Entre Ríos Ahora