Es el momento perfecto para abrazar a quienes estén cerca, no solo con los brazos, sino con el corazón. También es una oportunidad para sentarnos con nosotros mismos, sin juzgarnos, sin buscar culpable, y pensar: ❝¿ Que puede hacer diferente ?¿como puedo ser mejor, más feliz, más libre ?". Porque este mes no solo cierra un capítulo, también abre otro, y dependerá de nosotros escribirlo.
Así que aprovechemos. Dejemos en el retrovisor nos sirva para aprender, pero miremos al frente con la ilusión,
Cambiemos lo que haya que cambiar, dejemos atrás lo que nos pesa y abracemos lo que viene. Porque, al final, diciembre no es el fin: es la oportunidad de un nuevo comienzo.